Cada vez más personas eligen el consumo como forma de ahorro. La alta inflación y devaluación del peso conducen al pensamiento de que: “Mejor comprar ahora, antes de que salga más caro”. Pero, ¿qué sucede con los ahorros? ¿En qué lugar quedan los objetivos financieros?
La batalla contra la inflación en Argentina no da tregua. Según el Índice de Precios al Consumidor, en abril 2023 la misma fue de un 8,4%, dando como resultado un 108,8% acumulado en el último año. Ante esta escenario, las personas buscan estrategias para preservar el valor de sus ahorros. De ahí, el surgimiento de una tendencia que cobra cada vez más fuerza: el consumo como forma de ahorro.
Si bien hay diversas realidades sociales en el país, aquellas personas que cuentan con un excedente de dinero a fin de mes recurren a la técnica de ahorrar gastando. Algo que a simple vista parece un oxímoron pero es una realidad cada vez más latente. Es que ante las trabas para comprar divisa extranjera o los plazos de tiempo que propone un plazo fijo, muchos consideran mejor inversión la compra de productos no perecederos, desde artículos de limpieza y botellas de vino hasta electrodomésticos.
¿Por qué ocurre este fenómeno? ¿Acaso la crisis inflacionaria no debería generar más conciencia en cuanto al gasto? Parecería ser que la aceleración desenfrenada de los precios incentiva al consumo de bienes y servicios en el corto plazo como estrategia para ganarle a la inflación. Es que día a día los ciudadanos pierden poder de compra, y por eso deciden gastar los pesos ociosos en bienes durables o que puedan stockear.
Proteger el sueldo en tiempos de inflación es prioritario. Sin embargo, al dejarse llevar por el consumo, los ciudadanos resignan capacidad de ahorro. Al utilizar la liquidez en el consumo en vez de inversiones en el mercado de capitales, el ahorro queda cada vez más relegado. Esto, aunque no parezca, genera un impacto negativo a la hora de conquistar objetivos de largo plazo.
INFLACIÓN EN ARGENTINA: UNA HISTORIA DE LARGA DATA
Los argentinos tienen vasta experiencia a la hora de lidiar con la inflación. El peso es una de las monedas más devaluadas del mundo y el índice de inflación, de los más altos. Es por eso que analizar dónde hacer las compras, cuándo hay ofertas y demás son parte estructural en la planificación financiera de los hogares.
Sin embargo, la inflación galopante de los últimos años ha cambiado algunas reglas del juego y planificar las compras ya no es suficiente. Ahora, la misión es encontrar la forma más eficiente de gastar el dinero y proteger el poder de compra.
Históricamente, la compra de dólares o la inversión en plazos fijos fueron las formas de “inversión” predilectas por los argentinos. Sin embargo, cepo mediante e intereses por debajo de la inflación que proponen los plazos fijos, estas modalidades han perdido su atractivo. Así, el consumo hoy es visto como una buena estrategia para “congelar” el precio de las cosas, a sabiendas de que probablemente cueste más caro en el corto plazo.
LAS CUOTAS Y OTROS INCENTIVOS, ¿PARTE DEL PROBLEMA?
¿Pero de dónde obtienen el dinero quienes anticipan consumo en pesos? Aquí un componente clave en la vida de los argentinos: la financiación en cuotas. De la mano de los planes de 6, 12 o 18 cuotas que ofrece el gobierno, las personas encuentran una “oportunidad”. Aunque estos planes de pago en cuotas tienen intereses, el monto suele ser menor a la inflación anual, lo que los hace convenientes para muchos. Sin embargo, hay que prestar atención, ya que la compra en cuotas puede ser un arma de doble filo.
Al consumo en cuotas se suman, además, otros fenómenos sociológicos, como el gasto en actividades de ocio que comprenden salidas a comer afuera, espectáculos u otro tipo de experiencias. Esto se explica, en parte, a un fenómeno que apareció post pandemia y responde a una fuerte necesidad de salir, darse gustos y disfrutar “el momento”. Lo mismo sucede con los viajes: a partir de la implementación de programas como el PreViaje y el crecimiento del turismo interno, está claro que los argentinos perdieron las esperanzas en el ahorro a largo plazo y eligen gastar y disfrutar hoy.
Si volvemos a la premisa de que el ahorro es consumo postergado, ¿qué escenario nos espera en el futuro cercano? Aunque el alto nivel de consumo pareciera indicar que hubo una mejora en el poder adquisitivo de los argentinos, en realidad ocurrió todo lo contrario. Una vez más, Argentina como epicentro de las paradojas.
CÓMO HACER RENDIR TUS PESOS
Si bien el contexto es desafiante y la compra anticipada de ciertos artículos puede ser una buena estrategia para preservar el poder adquisitivo, el ahorro es el primer paso hacia un futuro libre de preocupaciones financieras.
No hace falta juntar un gran capital para poder invertir en el mercado de capitales como un profesional. Una buena alternativa para poner a trabajar esos pesos ociosos son los fondos Money Market. Se trata de fondos que invierten en plazos fijos y cuentas remuneradas pero no exigen un plazo de tiempo de permanencia. El dinero se puede rescatar en cualquier momento. Podemos comparar este tipo de inversión a tener una billetera virtual que ofrece rendimientos todos los días. Sin ataduras y protegiendo el valor del dinero.
Asimismo, hoy existe la posibilidad de invertir en empresas que cotizan en la Bolsa de Estados Unidos en pesos. A través de los CEDEARs, los instrumentos estrella de los que todos hablan, el ciudadano de a pie tiene la oportunidad única de convertirse en accionista de empresas de gran envergadura como Google, Coca Cola o Microsoft, entre otras.
El rendimiento de estos CEDEARs está atado al dólar financiero, por lo que, mientras el inversor accede en pesos -sin tener que hacer ningún tipo de “rulo” o compra de divisas en mercados paralelos-, obtiene rendimientos en dólares. Este tipo de inversión precisa de una mirada de largo plazo, por lo que si usted está gastando todo su dinero hoy, adjudicando que “mañana será más caro”, está atentando contra su futuro financiero.
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