En un país como Argentina, cuya economía se caracteriza por ser sumamente volátil, muchas de las personas en edad pasiva deben hacer esfuerzos extra para llegar a fin de mes, ya que con la jubilación no alcanza. Jubilados de todo el país consultan a diario fecha de cobro, nuevos aumentos y otras proezas para aliviar la preocupación que supone no llegar con holgura a fin de mes.
Es innegable que todos pensamos en el futuro y en cómo será la etapa de retiro, no importa la edad. La realidad es que ahorrar desde una edad temprana es un factor determinante para gozar de un buen porvenir. Dado que ahorrar es postergar consumo de hoy para mañana, para tener tranquilidad financiera en el futuro hay que ser constante y no dejarse llevar por la ansiedad.
CÓMO AHORRAR HOY PARA DISFRUTAR LA JUBILACIÓN
Cuando nos disponemos a ahorrar para el futuro, a menudo nos encontramos con una fuerte disputa: la de saciar nuestros impulsos inmediatos o mantener “cabeza fría” y apegarnos a un plan de ahorro; en esencia, una batalla entre la personalidad actual y la futura.
Mientras que la personalidad actual es real, tangible y deseosa, la futura se posiciona lejos en el horizonte, tan difusa que es fácil perderla de vista. Esta fuerte contraposición entre lo urgente y lo futuro es lo que muchas veces termina por truncar los proyectos de largo plazo, ya que, por lo general, es el deseo inmediato el que gana la pulseada y así, lejos queda el proyecto de ahorrar para tener una buena jubilación.
LA BATALLA ENTRE GASTAR AHORA O AHORRAR PARA LA JUBILACIÓN
Según Daniel Goldstein, psicólogo y economista con vasta experiencia en el estudio del comportamiento humano en torno a las finanzas, nuestra personalidad presente es de algún modo “enemiga” de nuestro futuro, por lo que muchos recurren a distintos “mecanismos de compromiso” para lograr sus objetivos.
Esto consiste en poner ciertas metas o condiciones a la hora de gastar el dinero, para reforzar la conciencia y el objetivo. Si bien dicha metodología puede convertirse en un tortuoso recordatorio de nuestro poco autocontrol, según Goldstein, la autodisciplina es como un músculo, y por ende, cuánto más se ejercita, más se refuerza.
Para echar luz sobre la importancia del ahorro, Goldstein desarrolló un simulador que permite a las personas ver una representación de su presente y futuro financiero. Este simulador muestra el comportamiento de una determinada inversión a lo largo del tiempo. Al usar esta herramienta de manera reiterada y con distintos instrumentos, las personas lograron comprender que el bienestar en el futuro está fuertemente influenciado por los ahorros e inversiones del presente.
Sean de corto o largo plazo, todos tenemos metas, y para lograrlas, nada como forjar una buena disciplina de ahorro desde una edad temprana. Existen dos formas de hacerlo: guardar el dinero – en la casa o en el banco-, o ponerlo a trabajar en alguna inversión de preferencia. Lo importante es comprender que cuanto antes se empiece, mejor será el futuro. A diferencia de lo que se piensa, no se trata tanto de cuánto dinero tengas, sino de lo bien que lo administres.
FINANZAS Y EMOCIONES
Los humanos somos seres emocionales y todos reaccionamos de diferente forma ante los estímulos. Así lo comprobó el propio Goldstein, que además del simulador de inversiones, desarrolló junto a su colega Hal Hershfield “la máquina del tiempo del comportamiento”; una experiencia de realidad virtual que le muestra a las personas cuál será su aspecto en la tercera edad. El objetivo de este estudio fue investigar si esta proyección a futuro podría cambiar la actitud de las personas sobre el ahorro.
Así, de la mano de Goldstein y tantos otros economistas que resaltan la importancia del lado humano de las finanzas, queda claro que cada decisión cuenta y que por más lejano que parezca, tu futuro te pertenece y muchas veces, tomar la correcta decisión y ser disciplinado hoy determina tu bienestar mañana.
Ahorrar desde una edad temprana con el objetivo de disfrutar sin preocupaciones en la etapa de jubilación es un camino posible, la pregunta es: ¿Estamos dispuestos a posponer nuestros deseos más inmediatos? Bien podríamos citar un dicho popular que reza: “Pan para hoy, hambre para mañana”. Mejor ahorrar e invertir y disfrutar tranquilos el festín de vivir.
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