La falacia del hombre de paja ocurre cuando alguien toma el argumento o punto de vista de otra persona y lo distorsiona o exagera de manera tal que este pierda validez o se vea tergiversado. Se trata de una técnica de argumentación muy popular, utilizada especialmente en el ámbito político, cuando se desea evadir al interlocutor y/o tergiversar su punto de vista. Es una de las falacias más comunes, junto con otras como la de la pendiente resbaladiza o Ad hominem.

QUÉ ES LA FALACIA DEL HOMBRE DE PAJA

El término “hombre de paja” se basa en una metáfora y consiste en lo siguiente: el argumentador no ataca al “hombre real”, es decir, a la persona, el argumento o la afirmación reales. En cambio, el argumentador construye un hombre falso hecho de paja y luego lo “ataca”.

Luego, el argumentador afirma haber derrotado a la persona real, el argumento o la afirmación, aunque no haya dicho nada al respecto. Ahí es donde entra la falacia: no se puede vencer algo con lo que no te enfrentas en absoluto.

El argumentador no puede ganar el argumento porque no se ha ocupado de la persona real, el argumento o la afirmación; se ha ocupado únicamente del hombre de paja, sin embargo, como efecto colateral, deja a la persona en desventaja.

A menudo, la gente usa las falacias del hombre de paja para evitar desafiar a un oponente más fuerte. Los políticos hacen bastante uso del hombre de paja para atacar a los opositores. Para lograrlo, crean una imagen distorsionada de la posición o argumento de su oponente y luego atacan la imagen distorsionada.

EJEMPLOS DE LA FALACIA DEL HOMBRE DE PAJA

Mujer: “Prefiero ir a la playa antes que a la montaña”
Hombre: “¿Por qué odias la montaña?

En este ejemplo vemos claramente la falacia del hombre de paja en acción. Aquí, el hombre ha construido un muñeco de paja a partir de la postura de la mujer. La mujer nunca dijo que no le gustaba la montaña, pero el hombre tergiversa lo que ella dice para hacer que su punto de vista parezca más extremo de lo que es.

Muchas personas construyen hombres de paja accidentalmente porque la visión tergiversada se parece a la original. Un hombre de paja puede incluso engañar a la persona que expuso su punto de vista originalmente. En este caso, la mujer podría caer engañada y defender al hombre de paja que el hombre ha construido, y así perder de vista su planteo inicial.

HOMBRE DE ACERO VS HOMBRE DE PAJA

A la hora de enfrentarse con una falacia del hombre de paja, existen algunas técnicas para manipular el argumento y salir airoso. Lo opuesto al hombre de paja se conoce como técnica del hombre de acero.

En vez de invalidar y tergiversar la visión del interlocutor, esta técnica consiste en construir la mejor forma del argumento de la otra parte y luego comprometerse con él. Es ser caritativo y corregir las debilidades de la propuesta de la otra parte para que pueda presentar el mejor argumento en contra de su punto de vista.

Es una idea simple, pero increíblemente difícil en la práctica. Las razones para construir este hombre de acero son varias pero la principal es que mediante esta se obtiene una mejor oportunidad de persuadir a la otra parte.

Todas las personas quieren que sus pensamientos se tomen en serio y la mejor manera de hacer esto es demostrar que comprende sus argumentos al mejorar la forma en que se expresa la idea central.

Esta técnica evita disputas sin sentido y pérdida de tiempo y demuestra respeto tanto por el interlocutor como por el proceso de argumentación.

CÓMO DESARMAR AL HOMBRE DE PAJA

Para refutar un ataque de hombre de paja durante un debate basta con señalar la falacia y demostrar por qué es incorrecta. Si el atacante sigue insistiendo, el problema real podría quedar enterrado en la paja. Si se trata de defender lo que el oponente tergiversó sobre tu posición, se vuelve cada vez más difícil mostrar si este distorsionó tu punto de vista.

Saber cómo desarmar a un hombre de paja es una importante habilidad de pensamiento crítico. Se trata de describir y echar luz a la diferencia entre el hecho real y la tergiversación del mismo. Para poder hacerlo, bastan dos pasos: 1) describir el problema real; 2)  explicar por qué el problema que se ataca no es el real.

Retomando el ejemplo anterior de la playa y la montaña, la mujer puede desarmar el hombre de paja respondiendo simplemente: “Solo dije que prefiero la playa, nunca dije que odiara la montaña”.

Conocer sobre la existencia de esta falacia y su potencial uso para manipular personas o situaciones será de vital importancia a la hora de sentarse a realizar una negociación o exponer un punto de vista. Con estas herramientas, usted estará capacitado para desenmascarar a quién intenta perjudicarlo y así no perder el control de una situación.

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