Al adquirir el ahorrista cuotapartes de un determinado fondo o fondos, éste estaría comprando indirectamente una parte proporcional de todos los activos que componen su cartera de inversión, maniobra que, de realizar individualmente, le generaría un alto costo de entrada no sólo por comisiones sino también por los valores mínimos de cada compra.
Un valor cuota, por otro lado puede partir desde los $1.000. A su vez, cada fondo tiene un equipo particular designado para administrarlo. A la hora de elegir un fondo, uno de los factores a tener en cuenta es la idoneidad y capacidad del Administrador (Fund Manager) y su equipo, ya que serán efectivamente ellos quien decidan qué activos deberá tener en cartera, en qué cantidades y el momento preciso para comprar o vender.
El ahorrista no toma decisiones en el día a día bursátil. Es a través de los fondos cómo el pequeño inversor puede acceder a una gestión altamente calificada que le resultaría difícil de conseguir de otra forma. Existen miles de fondos en el mundo. Los hay de renta fija -bonos-, de renta variable– acciones– e incluso también de renta mixta, un compuesto.
Cada uno tiene sus objetivos, riesgos y costos, todos ellos definidos en el prospecto del fondo, documento que cada potencial inversor debería leer previamente para buscar aquel que mejor se adecúe a sus necesidades. Los movimientos de un fondo se limitarán siempre a lo que está explícito allí. Por ejemplo, si un fondo de renta mixta estableciera un máximo de 40% de cartera invertida en acciones, el riesgo en renta variable estaría entonces limitado a esa porción de portafolio.
Por último, los impuestos y los costos son otros de los ejes a los que el inversor deberá estar atento. En el primer caso, el fondo no estaría sujeto a impuestos a la renta cuando el activo que posee distribuyese intereses o dividendos. Además, transferir a tu cuenta comitente para invertir en fondos está exento del impuesto al débito y crédito.
Y en segundo caso, en Argentina no se permite cobrar comisión de suscripción o rescate a un fondo. Es el administrador del fondo quien cobra un porcentaje anual por su gestión, valor que se encuentra incluido – restado – ya del retorno (ganancia o pérdida). La Comisión Nacional de Valores es la encargada de controlar tanto a los fondos como a las entidades que los ofrecen.
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