A menudo reforzamos la importancia de tener un plan financiero y hacer una planificación de largo plazo, pero si algo caracteriza a esta era moderna es la inmediatez con la que se viven las cosas. Hoy pareciera que todo ocurre a un ritmo vertiginoso y que para no perderse nada hay que estar 100% online.

Además de la ansiedad que esta hiper comunicación genera, el avance de las redes cambió nuestra forma de pensar el futuro. A veces en pos de “vivir el momento”, esta mirada cortoplacista puede hacernos perder el foco  de nuestros objetivos y perjudicarnos más adelante. Tener una visión de largo plazo es la clave de una vida financiera saludable

Teorizar sobre el futuro, definir nuestros objetivos y tener conciencia sobre el impacto que tienen nuestros actos en el presente serán algunas de las claves para poder cubrirse de cualquier problema que pueda surgir en el futuro.

TRES FORMAS DE PLANIFICAR EL LARGO PLAZO

“Tenemos muchos problemas que enfrentar, problemas a escala de civilización que no podemos resolver usando los modelos mentales actuales”, asegura Ari Wallach, especialista en futurismo e innovación, en el marco de su charla TED llamada “Tres formas de planificar el (muy) largo plazo”.

Allí, el experto ejemplifica lo alto que puede llegar a ser el costo de una visión de corto plazo citando, entre otros ejemplos, el caso de Deepwater Horizon, el derrame de petróleo más grande de la historia, originado porque la empresa priorizó ahorrar dinero por sobre la compra de equipamiento de seguridad.

Para generar conciencia sobre la importancia de actuar hoy para un futuro mejor, Wallach desarrolló un método llamado “el plano de largo alcance”, que busca reforzar la visión a largo plazo de la sociedad mediante distintas técnicas de pensamiento.

El método de Wallach es en realidad una práctica; un proceso donde antes de tomar una decisión importante se evalúan todos los escenarios y se consideran diferentes formas de pensar. Dentro de estas formas se destacan el pensamiento transgeneracional, sobre futuros y Telos (del griego, “propósito final”).

PENSAMIENTO TRANSGENERACIONAL, SOBRE FUTUROS Y TELOS

El primero obedece a pensar más allá de nuestro propio ciclo de vida y propone actuar en el presente para anticipar posibles problemas en el futuro. El segundo, teoriza y llama a pensar las posibilidades a futuro fuera de las lentes dominantes (como la tecnología, por ejemplo, y la ilusión de que todo lo puede).

Y por último, el pensamiento Telos, que es una palabra que viene del griego y significa objetivo o propósito final, implica cuestionarse con qué fin hacemos lo que hacemos, el “para qué”.

Si bien hemos tratado al futuro como sustantivo, no lo es; es un verbo que requiere acción y esfuerzo. No es algo que nos domine sino que lo controlamos totalmente. Aunque la sociedad insistirá en resultados inmediatos, usted comience con una simple pregunta: ¿cuál es el plan a largo plazo?”, propone Wallach.

“Intente ir más allá de sus propias vidas si pueden porque eso les ayudará a hacer cosas más grandes de lo que creían posible”, concluye Wallach en su interesante ponencia, entre aplausos y un tinte de esperanza. Lo interesante de las enseñanzas de este consultor pionero en la “futurología” es que pueden ser aplicadas tanto a nivel colectivo como individual.

En el ámbito privado, las técnicas de pensamiento que Wallach propone pueden ser de extrema utilidad para encarar decisiones de vida: desde comprar un auto, invertir en acciones, hasta traer un hijo al mundo.

Si pensamos únicamente en el corto plazo, sentiremos ansiedad, sin embargo, el futuro está dentro de nuestro alcance y podemos moldearlo a nuestro antojo mediante la acción y un pensamiento estratégico que mire más allá del horizonte.

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